
¿Cómo puedes aprender a seleccionar el conductor eléctrico correcto en tus instalaciones?
podrías estar construyendo un problema futuro para tus instalaciones con potencial de incendio…
y eso no es un buen experimento.
Cuando pensamos en electricidad, solemos imaginar luces encendiéndose, motores girando o
computadores funcionando. Pero detrás de toda esa comodidad moderna hay una pregunta
crítica: ¿estás usando el conductor eléctrico correcto para tu instalación?
Y no, no es solo una cuestión de “poner un cable y ya”. Elegir mal puede tener consecuencias
graves: desde ineficiencia energética hasta incendios devastadores. En este blog, quiero llevarte a
través del proceso técnico, pero también reflexivo, de cómo se selecciona un conductor eléctrico
correctamente. Porque como en todo buen experimento, los detalles importan.
¿Por qué importa tanto el conductor?
Los conductores eléctricos son las arterias de cualquier sistema eléctrico. Si eliges uno demasiado
pequeño, se sobrecalienta. Si es demasiado grande, estás desperdiciando dinero y materiales. Y si
ignoras las normas… bueno, entonces estamos en problemas serios.
En Colombia, por ejemplo, existen normativas como el RETIE, el RETILAP y la NTC 2050 V2 que
establecen criterios claros. Pero más allá del cumplimiento legal, lo que está en juego es la
seguridad, la eficiencia y la durabilidad del sistema.
Las variables que cambian todo (y que no puedes ignorar)
1. La corriente que va a circular
Todo empieza por entender cuánta corriente va a fluir por ese conductor. La fórmula básica es
simple:
- I: Corriente en amperios
- P: Potencia en vatios
- V: Tensión en voltios
Pero no basta con conocer el presente. También hay que pensar en el futuro: ¿planeas ampliar la
instalación? ¿Añadir más equipos? La sobrecarga no siempre ocurre el primer día.
2. La caída de tensión
¿Sabías que un cable largo puede “robarle” tensión a tus equipos? A medida que la electricidad
viaja, parte de la energía se pierde como calor debido a la resistencia del conductor.
La caída de tensión debe mantenerse bajo ciertos límites (generalmente 3% para iluminación y 5%
para otras cargas). Si te pasas, tus equipos funcionarán mal o ni siquiera arrancarán.
Básicamente cuando la electricidad viaja por un cable, parte de la tensión (voltaje) se pierde a lo
largo del recorrido. Esta pérdida se llama “caída de tensión”.
Imagínate la tensión como la presión que tiene el agua en una tubería. Cuanto más larga es la
tubería, más presión se pierde antes de que el agua salga al final. Lo mismo ocurre con la
electricidad.
La ecuación de cálculo para la caída de tensión se fundamenta en principios elementales de la
física eléctrica, y su origen se remonta a las leyes de Ohm y la resistencia eléctrica de los materiales
conductores, para esto tendremos en cuenta la norma IEC 60364-5-52:2011 – “Electrical
installations of buildings – Selection and erection of electrical equipment – Wiring system, y
usaremos las letras VD por las siglas del término en inglés “Voltage Drop” o Delta V y la ecuación
que usamos es:
Donde:
- ΔV = caída de tensión (voltios)
- I = corriente (amperios)
- R = resistencia del conductor (ohmios)
- ρ = resistividad del material (ohm·mm²/m)
- L = longitud total del trayecto ida y vuelta (metros)
- A = sección transversal del conductor (mm²)
Y sí, esa “R” depende del material del cable. Lo cual nos lleva a la siguiente pregunta.
3. Cobre o aluminio: ¿cuál es mejor?
- Cobre: Más costoso, pero también más eficiente y resistente a la corrosión.
- Aluminio: Más económico y ligero, pero menor capacidad de conducción, además requiere
cuidados extra en las conexiones.
El material afecta no solo la conductividad, sino también el peso y la vida útil del sistema. Elegir
entre uno u otro no es una cuestión de gusto, sino de contexto técnico.
4. ¿Y si hace calor, hay humedad o químicos?
Las condiciones ambientales cambian las reglas del juego. Un conductor en una fábrica de
alimentos o en una zona costera no se comporta igual que uno en una oficina con aire
acondicionado. Por eso, los aislamientos deben adaptarse: resistentes al fuego, a la corrosión, o
incluso blindados si hay riesgo de explosión.
5. Tipo de carga: no todo se comporta igual
- Cargas resistivas (como calentadores): predecibles y estables.
- Cargas inductivas (motores): pueden generar picos de corriente al arrancar.
- Cargas electrónicas (computadores, variadores): generan armónicos que distorsionan la
señal y afectan el dimensionamiento.
Cada tipo de carga tiene su “huella eléctrica”. Y esa huella determina cómo debe ser el conductor
que la alimenta.
El proceso paso a paso: ¿cómo se selecciona el conductor?
Paso 1: Calcular la corriente máxima
Ya lo dijimos, pero vale repetirlo: sin corriente, no hay selección. Y sin una buena estimación, el
sistema está condenado al error.
Paso 2: Consultar las tablas de capacidad
Las tablas de ampacidad (como las del artículo 310 de la NTC 2050 V2) te dicen cuánto puede
soportar un conductor según su material, aislamiento y condiciones de instalación.
Paso 3: Verificar caída de tensión
No asumas que ya está todo bien. Tienes que hacer los cálculos. Y si no cumple con las reglas, sube
el calibre.
Paso 4: Aplicar factores de corrección
La temperatura ambiente y el número de conductores juntos afectan la capacidad de disipar calor.
Hay que corregir el valor base.
Paso 5: Elegir el material del conductor
¿Cobre o aluminio? ¿Monofilar o multifilar? ¿Aislamiento THHN, XLPE o libre de halógenos? No
hay una única respuesta. Todo depende del entorno.
Paso 6: No olvides el conductor de puesta a tierra
Sí, ese cable que muchos ven como “accesorio” es en realidad esencial para la seguridad. Consulta
la tabla 250.102(C)(1) de la NTC 2050.
Errores comunes (que podrías evitar)
- Ignorar la caída de tensión
- Olvidar factores ambientales
- No aplicar correcciones por agrupamiento
- No proyectar la instalación a futuro
- Usar materiales de mala calidad
¿Y esto podría hacerse de forma automática?
Pues en gran parte, ya que hoy en día la tecnología nos da grandes posibilidades de usar softwares
y aplicaciones los cuales nos ayudan a tomar mejores decisiones y a concretar datos para el diseño
y selección de materiales en nuestras instalaciones, este es el caso de CableApp la cual es una
aplicación profesional gratuita de Prysmian para calcular la sección de cables eléctricos de baja,
media tensión para cada tipo de instalación teniendo en cuenta la sección económica y ecológica
de los mismos, conforme a normativa y reglamentos vigentes, esta herramienta te permitirá
calcular el ahorro total de energía en la factura eléctrica y las emisiones anuales de CO2,
proporcionando posibles soluciones alternativas desde un punto óptimo pensadas para los
profesionales del sector tales como instaladores, consultores, ingenieros y estudiantes.
En resumen
Elegir un conductor eléctrico no es solo un cálculo técnico. Es un ejercicio de previsión,
responsabilidad y diseño. Y como en cualquier experimento bien hecho, las variables importan,
los errores se pagan y las decisiones bien fundamentadas te llevan al éxito.
Así que la próxima vez que veas un cable eléctrico, pregúntate: ¿quién lo eligió? ¿Sabía lo que
hacía? ¿Y si no… qué podría salir mal?